He encontrado esta joya en Marie Claire Maison. Un cubo blanco inmerso en la naturaleza sudafricana. Una delicia con vistas, llena de toques de color y de objetos especiales, y sin embargo sin excesos. El ladrillo pintado me parece un acierto, resulta un ambiente supercálido y acogedor. Lo que menos me gusta es el pavimento, y es que los suelos de cerámica no son mis favoritos. Se lo perdono, por esta vez...
Una vez más, un salón sin tele, me tienen intrigada estas casa de revista sin El Intermedio ni nada... Ojo a la pata coja del sofá.
La escalera ideal, no apta para niños ni para subir a la habitación con unas copas de más. Por eso habrá tantas banquetas monísimas abajo, para esperar en fila a que se te pase el barco...
Se me saltan las lágrimas con la habitación veraniega, con las vistas por todas partes, con la cama mullidita. No sé qué es eso que cuelga de la pared en el cabecero, pero tiene pinta de ser de quita y pon, así que sigamos con la envidia...
El baño. Ays, el baño. Sólo puedo imaginarme arrugándome ahí dentro sin remedio, esperando a Robert Redford (serían Memorias de Sudáfrica, pero qué más da...).
Robert, pasemos al porche a tomar una copa, y me cuentas qué tal el último vuelo...
Ese sofá cojito, qué le habrá pasado? provoca tanta ternura que dan ganas de adoptarlo, ven conmigo sofacito verde!
ResponderEliminarVenga, ve, sofacito verde, que Alele es buena gente y te cuidará bien...
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