Siempre me han gustado las muñecas rusas. De pequeña mis abuelos tenían unas cuantas, que nos fascinaban, claro, y las llamaban matruskitis. Suena muy cursi, ahora que lo leo, pero es una palabra que va pegadita a mi infancia y, de hecho, durante mucho tiempo pensé que realmente se llamaban así, con este nombre tan largo y mágico. He encontrado la leyenda de su creación, y como también soy gran amante de los cuentos rusos, os dejo el enlace. Al grano: empiezo esta entrada dedicada a las (versiones de) matrioskas con estas dos de Ingela P.Arrhenius (ya vimos otras en la entrada de ilustradores suecos) en Hus and Hem por 19,95 libras cada set.
Brutales estas otras de Caperucita Roja, el lobo, el lobo-abuela y, no sabría deciros porqué, una pera... Son de Mike He, y las he descubierto en MoCo Loco.
Estas, además de ser maravillosas, son didácticas: las hizo Irina Troitskaya para una campaña de national Geographic que explicaba las cadenas alimenticias de distintos ecosistemas, ya sabéis, el pez grande se come al chico (la matrioska grande...) ...
Colorines y abstracción en estas de Marco Cibola (vía), cuyo trabajo también merece un buen rato de curioseada...
Matruskitis eh?
ResponderEliminarTambién había en mi casa de pequeño, me gustaría saber qué ha pasado con ellas, por si puedo hacerme con una... Me flipan.
Me encantan! En mi casa también había unas...voy a investigar por si puedo recuperarlas (me temo que habrán desaparecido en una de las múltiples mudanzas).
ResponderEliminarLa pera está claro, es la merienda que llevaba Caperucita a su abuela en la cesta, cuando se encontró con el lobo...
Buen martes!
Tuca
las madres del mundo van a estar encantadas de que estemos fomentando que se revuelvan los baúles de recuerdos...
ResponderEliminarno contéis de quién ha sido la idea, pero... RECUPERADLAS!!
(será la merienda, sí, porque para dar escala nos tienen que decir qué tipo de pera es, ¿peritina de agua? ¿perota golden?)
Buen martes, sí!
Ingela me tientaaaa, me tienta.
ResponderEliminarYo tengo unas que compre en Tallin! Allí había minoyes de ellas!
ResponderEliminarEso si, una maravilla quitarles el polvo una a una!Gabriela
mis minoyes de clics de playmobil son también la pesadilla del pronto y el paño...
ResponderEliminarMatruskitis...qué recuerdos!!! El año pasado me trajeron una de tallín pequeñita y este verano en el viaje de este a Polonia no me puede resistir y me compré otra más.Martuja.
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